jueves, 31 de enero de 2008

Es Ta…lento




El secreto de poner en ridículo a las personas reside en conceder talento a aquellos que no lo tienen.
Cristina de Suecia

“Mi niña es una artista, sabe mover las orejas y nadie le ha enseñado, además, cuando ve a dos mujeres hablando en el mercado, les adivina las palabras solo al verlas”.
”Maestro, le voy a contar algo que nadie sabe: tengo capacidad para ser perseguido por los perros en la calle, para que los pajaritos se choquen cuando vuelan y para que mi novia no sospeche que llevo sin bañarme varios días”.
Estas conversaciones las cargo desde hace dos semanas, vienen hostigándome de manera obsesiva, creo exorcizarlas al escribir. Me gano la vida dando clases de canto y teatro. La palabra talento siempre me ha parecido exagerada, peligrosa. Muchos talentosos al transcurso de los años han resultado un fraude, sus revoluciones culturales se han cargado muchos corazones esperanzados. Pero está pasando, la gente anda cargando ese término cual talismán extremo para escapar de la realidad. Se resume viendo televisión:
Hace tres días vi a un señor tirándose pedos de manera desmedida, con un público cagándose de la risa ante los pedos. Está claro ¿Qué otro lenguaje utilizaría si comenzamos con la palabra pedo? Los jurados del programa no hicieron algo para que el espectáculo resultara más corto. Esperaron y esperaron, al final de manera hipócrita, despótica, lo eliminaron. Pero sus tres minutos de gloria llevaron al “Tirapedos” a un éxtasis parecido al alcanzado por un místico. El espectáculo comenzaba con el culo del señor “microfonado”, las caras del público arrebatados por una alegría extraña, como hipnótica y yo espectador esperando ver algo corrigiendo el curso de todo, evitando sentirme libre de escoger mi suciedad. Un circo con tres pistas simultáneas.
La gente cuando vienen a las clases de voz y teatro, llegan suponiendo que ser artista es algo fácil. Pagando unas “clasesitas” los voy a lanzar a un estrellato donde se librarían por fin de sus pobrezas, del medio donde se cuecen sus peores pesadillas. Por suerte son pocos, pero los muchos, los elimino con una premisa estúpida y manida: prepararse a fondo, el cuco de todo ocioso.
Hablar con un artista en la alameda de Sevilla es acercarse a un animalito obcecado en construir un discurso ramplón, donde sus frases crearan un eco cataclismo para destruir por fin a sus peores enemigos. Generalmente exitosos. Dueños de compañías o dueños de los sueños truncados de funcionarios teatrales. Una junta no une, apega, delimita.
Trabajé en una compañía de teatro apenas llegué a Sevilla, me abrieron sus puertas y cuando todo parecía de maravilla me acusaron de obsceno, territorial y ególatra. El director amablemente me invitó a volver a mi país aduciendo que gracias a sus influencias en la Junta y etc, etc… mi talento sobraba para esta ciudad.
Han pasado los años y su talento sigue llenando marquesinas del teatro oficialista, me río cuando supone ser un director de algo saludable. “El talento escondido no produce reputación.” (Erasmo De Rótterdam), en este caso creo, si produce espejismos.
La suerte y mi talento me hicieron sobrevivir a su talento.
Lo mismo ha pasado con algunos escritores quienes muchas veces suponen tener voz propia disparando contra aquellos, que aunque pequeña, la tienen propia. Al final son bufones itinerantes de cualquier grupo editorial.
El miedo-pánico por el que atraviesa la televisión local pertenece a sistemas partidaristas, nutriéndose de becarios para perseguir la noticia en forma de famosa, cuanto más impertinentes, aparentemente más eficaces. Hacen seriamente reflexionar en las fórmulas de la felicidad. Bien nos harían algunos internándose en el bosque de su búsqueda personal, contando una noticia donde ninguna verdad comercial llegue a acorralarla.
Dicen que el cine es memoria y la televisión olvido, no logro reponerme de los castings de la tele. De las caras zafias de sus jurados, de toda esta patraña para hacernos olvidar que podemos retroceder a la derecha, la Iglesia cristiana está contra los gays, las lesbianas, el aborto y todo lo que sea progreso. La familia nuclear es radiactiva, el euribor se ha disparado, los niños desaparecen de verdad, Zapatero promete, Rajoy amenaza. Hilary quiere un becario para vengarse corriéndose viva en la sala oval, un señor se ha cargado la banca francesa y los polos nos llenarán de agua hasta la cama.
Aún así, jamás pienso en triste, ni en blanco y negro. Ni escucho un himno donde se hace de la patria un emblema para discriminar, aunque esta ciudad siga amando a los cantantes mudos, los bailarines sin piernas, a los amantes sin alas.
“Existe algo mucho más escaso, fino y raro que el talento. Es el talento de reconocer a los talentosos.” (Albert Hubbard).


Richard Villalón
Sevilla, 29 de enero de 2008
http://www.richardvillalon.com/

miércoles, 9 de enero de 2008

el diablo y los intrusos




En nochevieja escuché los primeros gemidos. La casa iluminada a tope adquirió un tinte lujurioso, mal satisfecho. Recordé a Loles aclarándome acerca del kéfir: “Es ladino, silencioso, provoca coagulaciones a su paso. Amargo y sensual, como George Clooney”. Compartimos la idea en su parecido con el matrimonio, por eso mismo acordamos, que el frío detiene tanto la vida, como la memoria detiene a la muerte. Me regaló el kéfir, con esa condición, nunca dejarlo en la nevera, cuidé de mi kéfir como un niño asombrado, no quería a nadie cerca de él. Loles me cae bien. Tiene glamour natural, una claridad pasmosa alumbra su laberinto
Mi matrimonio-kéfir tiene forma sibilina para hacerle frente a la vida, dejando que Dios nunca mate, aunque inevitablemente, oprima.
Algo pasaba en la cocina, había ruidos de sillas pesadas arrastrándose, la televisión se encendía sola, sin causa justificada, justo a la hora de las noticias. Olía a vinagre y llegué a especular un olor a espermatozoides.
Este fin de año pocos amigos llamaron. Nobuyo desde Japón me dio cábalas para evitar faltara riqueza, amor y deseo durante el año. “Tres tipos de arroces detrás de la puerta principal, una flor blanca arrojada al mar…”
Cuando vi por primera vez su cola, supuse la cola de la rata Facunda. Una rata del Ikea, compañera sentimental de mi gato psicópata. Cuanto más la quiere más la estrangula, la muerde encerrándola en sitios insospechados de la casa. Creí que Facunda había perdido la cola en un arrebato pasional .Quise rescatarla con la escoba, detrás de la nevera. Al tocarla sentí una mariposa destrozándose en mi estómago. Esa piel tan caliente me asustó, mi grito mudo quedó tatuado en la parte frontal del frigorífico. Los kéfires son unos hongos parecidos a la coliflor, provienen de la Rusia profunda. Popularmente le llaman búlgaros, los mejores son rumanos. Cuando esa cola me guió hasta la encimera encontré a mi kéfir hablando como loco, nada me hubiera hecho sospechar un diablo reducido a la imagen de un pobrecito hongo para cortar leche.
Pregunté temblando acerca de su aparición y él dijo que por suerte había caído en esta casa. Sabía que somos dos tíos casados (nueva familia) eso lo sobreponía algo en su pena. Aseguró balbuceando acerca de los tiempos cambiantes, si al menos le hubieran advertido de una Iglesia madre de todas las acciones obscenas, él se hubiera preparado hace siglos. Imposible creer de golpe y porrazo al Papa hablando hipnotizado ante miles de Peperos, vía canal digital ¿Cómo era permitido condenar sin ningún atisbo de piedad cristiana a las nuevas familias? Los riesgos de una iglesia caída en picada tenían ahora un solo demonio: El PSOE. “Tantos años hurgando en el corazón humano, metiendo tentaciones en la faz de la tierra, para que ahora un puñado de desaprensivos sean más malvados que yo mismo, Lucifer”. Según ellos, las nuevas familias llegaran a ser la gota que colme el vaso para derretir los polos, invadiéndonos todas las pestes del universo mencionadas en la Biblia. “¡Vaya papel trágico me ha tocado!”, contó acongojado. Solo tuve miedo del brillo de sus ojos cuando nombraba al Papa como el amo absoluto de toda confusión humana. Eso de que “el diablo harto de carne se metió a fraile” le sonaba ahora fuertemente en su conciencia. Había encontrado el escarmiento viendo como sus mejores enemigos se habían apropiado de sus acciones castigando sin cesar los actos del progreso social. “Cuando el diablo habla tiene licencia de Dios” y ahora él en esa forma triste de kéfir no sabia si Dios mismo se estaba ocupando de sus desesperadas palabras. Dios lo había abandonado poniendo ante si una iglesia fundamentalista, terca alrededor de su propio ombligo. “El diablo sólo tienta a aquel con quien ya cuenta” miles de personas alrededor de una plaza habían sido convocadas esta vez por la Iglesia para dinamitar una paz conseguida luego de siglos de persecuciones y actos malignos. Todos con diformismo sexual, es decir que no se puede diferenciar los sexos por fuera, todos con la derecha planteando el retroceso de la rueca del tiempo. Hablando de Dios para capturar votos. El rosario en el cuello, y el diablo en el cuerpo.
¡Pobre diablo! Aunque no tiene como mantenerse, ni alta como autónomo, ni paro de funcionario, le he dado cobijo. Lo único prohibido es hablar de las elecciones, él se enciende y me quema los muebles, solo por eso. Tomo yogurt todas las mañanas, alguna vez nuestros chistes acerca del cielo nos llevan a la realidad y mirándonos fijamente sabemos que en Roma saben perfectamente que “A quien Dios no le da hijos el diablo le da sobrinos.”

Richard Villalón
Sevilla, martes, 08 de enero de 2008
http://www.richardvillalon.com/